Perico de Madame



Mientras Bill, Hillary y Chelsea andaban de vacaciones en camp David, el mayordomo de la casa blanca quedó encargado de cuidar al periquito de la familia.

No hacía ni dos días que se fueron los señores cuando, sorpresivamente el periquito fue encontrado muerto en el fondo de su jaula.

El mayordomo se dio cuenta de la desolación que esto traería a la ya de por sí atribulada familia y se dio a la tarea de encontrar un remplazo de la tan amada mascota, y empezó a recorrer las tiendas de Washington.
Después de dos días de una búsqueda desesperada encontró un duplicado casi exacto de la mascota.

Cuando hacía el trato para comprar el animalito, el dueño de la tienda creyó su deber informarle que el ave había pertenecido anteriormente a una conocida madam, dueña de varias casas de mala nota.
El mayordomo replicó que eso nadie lo sabría, y se llevó el ave a la casa blanca.
En la mañana que siguió al regreso de las vacaciones de la familia presidencial, Chelsea pasó por la habitación donde estaba el perico y el pájaro dijo:
- muy joven. Al poco rato entró Hillary y el periquito dijo:
- muy vieja. Ese día, en la tarde el presidente entró a la sala y el pajarraco dijo:
- hola, Bill