
Un tipo
sale temprano de su casa al trabajo y siente que le gritan:
- Chau,
Cornudo!!! Cuando el episodio se repite por tercera vez, el fulano, ya
preocupado, se lo comenta a su esposa, quien lo convence que tiene que ser una
casualidad, y que no necesariamente el insulto iba dirigido a él.
Persuadido,
ese día, se durmió tranquilo.
Tres días
después, al salir para el trabajo, escucha un grito nuevamente:
- Chau,
cornudo!!!, y alcahuete!!!